Lo primero es dejar de ver el concepto de “magia” como negativo o irreal, idea que el cristianismo se ha encargado de realizar desde su nacimiento.
La magia no es otra cosa que el alzamiento de nuestra propia energía vital, que por fin y después de la dura descatalogación eclesiástica la ciencia actual de la mecánica cuántica la afirma como real.
Hace relativamente poco tiempo se han introducido en la sociedad ideas que anteriormente podían ser catalogadas de herejía (y con su castigo respectivo), que es la afamada “ley de la atracción”. Muchas de las personas que conocen dichas teorías desconocen los orígenes de esta, en donde la magia hacia su uso de esta desde hace más de 5.000 años.
Estas recientes obras literarias que tratan la ley de la atracción, pero no se está ofreciendo todo en contenido requerido que sí posee la magia. Lo han basado en la obtención de abundancia material y sin hacer hincapié en lo más primordial de esta ley cósmica, que es la necesidad evolutiva del espíritu humano.
Dentro de todo lo que pueda englobar la magia, se podrá encontrar no simplemente atajos efectivos para la prosperidad financiera, sino que se recalcará el poder que cada persona debe dar a su propia energía interior.
Potenciando nuestra luz interna se encontrarán las preguntas y respuestas que han de saberse en está realidad en la que actualmente se vive.
Quién prueba la magia nunca dejara de aprovecharla
Los beneficios ofrecidos por la magia atrapan a todo aquella persona que la conozca y sepa como se usa, un invisible aliado que se encuentra en el interior de cada ser. Es en los rituales donde se intensificará su dulce poder que creará vivencias positivas y evitará las posibles tragedias que puedan aparecer.
Hasta los más escépticos que han podido ser adecuadamente guiados por experimentados profesionales en el sector, cambian radicalmente ese falso concepto anterior y aprovechan cada recurso que el poder de la magia ponga a su alcance.
El ser humano es pura energía, esta a su vez está conectada con las influencias que rigen el universo. Al poner de nuestro lado vibraciones que fortalecen la energía vital, haremos de nuestros deseos más que lo que la imaginación de un futuro mejor nos podría dar.
Estamos en este planeta por un motivo en concreto, una misión que poco a poco se aclarará ante las circunstancias que se presenten. Pero que se tenga un propósito determinado no significa que no disfrutemos lo más que se pueda de la abundancia y prosperidad del cosmos.
La magia es el atajo perfecto para que se pueda disfrutar de esos pensamientos que se interiorizan en nuestra imaginación, de un futuro idílico en el que sí se será feliz.
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